miércoles, 19 de octubre de 2011

En la esquina de mi ciudad.

El viento sopla suave y arrastra el aroma acido del limón en flor. Me acurruco bajo sus ramas a escribir la canción de los poetas que saben callar. En la esquina de mi ciudad, los ángeles lloran ansiando la paz… ¿A don estas, a donde vas? gritan sin voz los teólogos sin fe ni razón.
 

  

Inspiro profundo, llenó los pulmones de promesas renovadas y vuelvo a cerrar los ojos. Me lanzo al abismo de la confianza ciega ansiando alas de libertad.
¿Y tu a donde quieres llegar?    Autora: Maria Celeste Pietrzak.   




jueves, 13 de octubre de 2011

Cuando eres niño piensas en...

Cuando eres un niño crees que ciertas cosas te irán de apoco convirtiendo en “adulto" 

Como cuando crees erróneamente que calzarte ese par de tacones te convertirá en una mujer de negocios exitosos; o fumar el cigarro más costoso te ara ver como un hombre que alcanzó la cima. Esa es la imagen que absorbemos a lo largo del crecimiento, por ambición queremos reflejarnos así… 




Pero ni el par de zapatos más alto, ni el cigarro más costoso nos llevara verdaderamente al éxito… 
El triunfo personal y espiritual no depende de una imagen, depende del esfuerzo, la constancia y la fe en nosotros mismos… 


Escrito por: María Celeste Pietrzak. 

Hay que crecer para equivocarse, reivindicarse y seguir adelante…

    lunes, 3 de octubre de 2011

    ♥...Tiempo...♥

    ¿Como permitimos que se encerrara la libertad del tiempo en un reloj?

    El tiempo dicta y nosotros obedecemos… ¿acaso necesitamos ser regidos por un mecanismo que no permite vuelta atrás?


    Christopher el chofer de lady Winst, conduce casi sin despegar la vista del espejo retrovisor; con el único fin de observar en silencio, los ojos de su amada.

    Ella distraída del mundo que la puebla, observa desganada a través del cristal las calles parisinas. En cambio el sumiso chofer, no deja de pensar en aquella noche de borrachera, en la que en aquel entonces, joven y bien parecida Lady Winst le juró amor eterno bajo una solitaria farola.


    Christopher sintió los días como si fuesen minutos. Once días después, Lady Winst irrumpió en la cocina donde la servidumbre almorzaba, y sin preámbulo alguno, le pidió que olvidara aquella promesa...

    Él jamás pudo despegarse de aquella sensación en la que el tiempo se aceleró alegremente y luego se detuvo por siempre en un torturante recuerdo.




    Once minutos...

    Once minutos después ella entra y dice…

    (Nada es como lo he estado mostrando)


    ¡Y se pierde en el tiempo!


    ¿Cómo es que no lo percibí antes?


    Tú me estas quitando todo…


    Y no hay vuelta atrás, la luz de los rayos se extingue.


    Cicatrices en mis pupilas, alma y corazón de algodón.


    No importa si solo es por un momento (me hace bien verte bien)


    Todo me recuerda a esa extraña noche…


    Todo me lleva a olvidar el amargo trago de la decepción.


    Oigo el batir de las alas de las mil mariposas.


    Contemplo atenta el tenue color de los suspiros.


    Percibo el perfume de tu inocencia…


    Y me dejo llevar atreves  de un torrente de ilusiones…


    Luces de colores segando la conciencia.


    Al borde del abismo de la verdad de lo prohibido. 



    Autora: María Celeste Pietrzak. 


    jueves, 29 de septiembre de 2011

    ♥ En papel de arroz. ♥

    Mis sueños se vuelven humo mientras mi cuerpo se embriaga en la belleza de la fantasía. mis ojos se deleitan con imágenes anheladas… me esfuerzo sobre las puntas de mis pies, me estiro para alcanzar aquella etérea utopía, mis pies se tambalean sobre las nubes y las estrellas caen fugaces alrededor. Sueño despierta mientras garabateo sobre papel de arroz...